sábado, 17 de septiembre de 2011

Cuento Clasico

El cuento es una forma literaria definida como una forma breve de narración, ya sea expresada en forma oral o escrita. Posee ciertas características que permiten definirlo a grandes razgos. Dentro de estas características nos encontramos con que se trata siempre de una narración, del acto de contar algo en forma breve, en un corto espacio de tiempo. Un cuento es una narración ficticia que puede ser completamente creación del autor, o bien, puede basarse en hechos de la vida real, que podrían incluso ser parte de la vida del autor.

El autor se ocupa de tomar un sólo tema como el principal, produciendo un efecto sobre el lector o el auditor, y cierra el desarrollo de dicha temática con un final que, muchas veces, es inesperado, mientras que en otras ocasiones es absolutamente algo predecible.

Un cuento siempre posee ciertos elementos esenciales que forman su estructura. El primero de ellos guarda relación con el hecho o suceso narrado, desde donde se desarrolla el tema central del cuento. En segundo lugar, el contenido, el que le aporta al cuento lo novedoso, lo que le permite ser una interpretación particular de la realidad, aunque esta sea ficticia. Finalmente, la expresión, ya sea lingüística o escrita, es lo que permite objetivar un cuento, pudiendo así poseer un receptor, un lector o auditor, que al escuchar o leer permiten que el cuento adquiera significado y vida.

Así como en la mayoría de las narraciones, los personajes son un elemento fundamental en los cuentos. Ellos pueden estar constituidos por animales, personas o cosas que participan e interactúan entre sí en la historia que se está narrando. Existen ciertos personajes que son más importantes que otros, pudiendo así realizar la división entre protagonistas y personajes secundarios. Muchas veces quien cuenta la historia, también participa de ella, de este modo, el narrador forma parte de los personajes.

Se distinguen entre los cuentos a aquellos de autor anónimo, transmitidos de generación en generación vía la tradición oral; este tipo de cuento se denomina el cuento popular. Por otro lado esta aquel que es transmitido usando la tradición escrita, que cuenta por lo general con un autor determinado, lo que se denomina el cuento literario; a esta última categoría pertenece la famosa colección de cuentos de origen oriental, "Las mil y una noches.



Los cuentos clásicos atribuyen su adjetivo a la tradición que se ha forjado en torno a los mismos, y sobre todo a cómo se han transmitido de generación en generación. La evolución del tiempo ha supuesto que las historias de carácter mítico pasasen a convertirse en leyenda, y finalmente en cuento. No es de extrañar pues, que ya en el renacimiento podamos hallar textos como los de Giambattista Basile , el cual en su Pentamerone ya alude a clásicos como la Cenicienta , a la cual denominaba La Gata Cenicienta , y es que Cendrillon , Cinderella o simplemente Cenicienta representa una determinado valor que se mantiene constante pese al paso del tiempo y la evolución de las sociedades: más puede la hermosura que billetes y escrituras .

Con posterioridad, en el siglo XVII, Charles Perrault nos obsequiaba con una serie de cuentos que bebían directamente de fuentes primitivas. Así, no podemos olvidar la famosa Le Petit Chaperon Rouge, en la cual la hermosa niña desatiende los consejos sociales y acaba engullida por el lobo, en clara alusión a la advertencia para niños de no hacer caso a los desconocidos. Con posterioridad, en el Siglo XIX, los folkloristas Jacob y Wilhem Grimm recopilaban cuentos y nos proporcionaban nuevas versiones de la ya mencionada Caperucita Roja , de Blancanieves o de Pulgarcito . Es muy interesante saber apreciar las diferencias que se establecen entre distintas versiones de un mismo relato ya que nos proporcionan visiones diferentes de la realidad y sin duda alguna nos enriquecen en nuestro constante crecimiento como personas.

En este breve recorrido histórico que incluye a algunos cuentistas de los que se han elaborado versiones para niños –ya que desde un enfoque más amplio habría que incluir otros clásicos como por ejemplo El Conde Lucanor - no podemos olvidar al autor que en este año 2005 celebra su segundo centenario: Hans Christian Andersen . La aportación del autor danés al mundo de los cuentos que luego se han transpuesto al mundo infantil es notable y decisiva. Si no, remitámonos a las pruebas: El patito feo, El soldadito de plomo, El traje nuevo del emperador, la niña de los fósforos, La Sirenita , etc. Todos estos títulos unidos a los anteriores vienen a conformar un potente corpus de clásicos que en este caso se han orientado hacia el público infantil, y en los cuales podemos encontrar diversos valores relacionados con la diversidad, con la humildad, con la bondad, con la astucia, etc. Y de igual manera, hallamos valores menos positivos como son la envidia, el egocentrismo, el abandono familiar, etc.

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